La toma de decisiones inteligentes es fundamental para lograr lo que nos proponemos en la vida y para sentirnos satisfechos con lo que hacemos y somos. Se ha planteado que cuando las personas tienen que tomar decisiones en un contexto particular atraviesan, al menos, cuatro momentos: a) Definición de metas, b) identificación de la o las opciones disponibles para lograr lo que se quiere, c) evaluación de dichas alternativas y d) selección e implementación de la mejor opción. Desde la perspectiva de la toma de decisiones inteligentes,

los propósitos que deseamos alcanzar en la vida deben constituirse en el faro orientador que nos guía al atravesar estos cuatro momentos.

De igual manera, para evaluar la decisión es importante tener en cuenta:

 

• Objetivos claros: Tengo claro lo que realmente me importa en la vida y quiero para mí futuro.

• Marco de ayuda: Tengo claro el problema o la situación sobre la que debo decidir.

• Alternativas creativas: Tengo un listado de las diferentes opciones o cursos de acción que realmente tengo la posibilidad de elegir.

• Información útil: Dispongo de información suficiente sobre cada una de las opciones.

• Suena razonable:  Selecciono la mejor alternativa teniendo en cuenta mis valores y la información de la que dispongo.

• Compromiso: Tengo la disposición y los medios para llevar a cabo mi decisión.